¿ADOLESCENCIA NORMAL?

 

 

¿Adolescencia Normal?      

 

La adolescencia es una etapa del ciclo vital caracterizada por cambios a nivel biológico, psicológico y sociales que marcan la transición entre la etapa infantil y la etapa adulta. Es un momento en el que se desarrolla la identidad, la sexualidad, se configuran los primeros proyectos de vida y se preparan para hacerse cargo de sus vidas.

 

Adolescencia temprana (10-13)

 

Las hormonas sexuales comienzan a estar presentes, los signos más evidentes de la adolescencia son los cambios físicos asociados a la pubertad. Deben asimilar los cambios físicos asociados a la pubertad y lidiar con las reacciones que sus apariencias físicas producen en los demás.

Comienza a desarrollarse la capacidad de pensar y razonar en términos más abstractos. La autoestima tiende a decaer y por primera vez sienten la necesidad de ocultar algunos aspectos de sí mismas para ser aceptadas por los demás.

El encuentro de un lugar dentro del grupo de iguales es importante en esta etapa. El grupo de iguales brinda un punto de referencia para su incipiente sentido de la identidad y permiten una transición fluida cuando ya no impera la seguridad emocional del hogar. La conformidad con los iguales es fundamental, ya que todavía no son capaces de distinguir sus propios pensamientos y sentimientos de los de sus compañeros.

 

Adolescencia media (14-16)

 

En esta etapa se deben tomar decisiones importantes acerca la manifestación de la sexualidad y la distinción entro lo que está bien y lo que está mal. Se expresan cambios a nivel psicológico y en la construcción identitaria (como se ven y como son vistos).

Los grupos de iguales sigue teniendo mucha importancia en el “que dirán”, pero comienzan a desintegrarse a causa de la formación de parejas y otras relaciones significativas externas al grupo. A medida que los adolescentes se vuelven más independientes, deben aprender a equilibrar su autonomía con su responsabilidad ante sí mismo y los demás.

Se produce un alejamiento de los padres para poder experimentar su propia identidad. La educación parental “autoritativa” fomenta este equilibrio porque brinda cariño y apoyo, pero al mismo tiempo se muestra firme en la fijación de límites, que negocian con el hijo

 

 

 

Adolescencia tardía (17-21)

 

El principal desafío es la consolidación de una identidad, junto con el refinamiento de la capacidad de experimentar y expresar la intimidad. Se preocupan cada vez más del futuro.
Empiezan a pensar de forma más individual, siguen formando parte del grupo, pero cada vez necesitan menos su aprobación para reafirmar su identidad. Sienten una mayor autoestima y pueden empezar a definir y diferenciarse con los propios atributos personales.

Es una época en la que se produce el primer alejamiento de casa, acompañado del inicio del proyecto profesional y formativo. Los padres pasan a ser aliados en este proceso de cambio y buscan el soporte en ellos para reafirmar las decisiones identitarias. Las primeras relaciones de pareja se convierten en más serias y son una fuente de construcción identitaria.

¿Cómo acompañarlos?


Es importante poder conocer las diferentes fases para poder entender, comprender mejor sus necesidades. Cabe destacar que en la adolescencia son muchos los cambios que se producen rápidamente y para poder afrontarlos es necesario mucha flexibilidad y disposición al cambio.
Cuando los hijos son más pequeños, el mundo de los padres es totalmente compartido, idealizado. En ese momento, el establecimiento de unos límites claros, una buena socialización, aprendizaje de valores y el afecto incondicional ayudan a promover el desarrollo.

 

En la adolescencia cambiamos el rol del “director” al del padre “colaborador”. El objetivo es ayudarlos a conocer cuáles son sus fortalezas, animarlos a explorar diferentes opciones, establecer las normas de forma conjunta, aprender de sus errores, hacerse cargo de sus actos, dar soporte a sus decisiones. Para fomentar la autonomía, la identidad y la responsabilidad.

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